La verdad que ahora mismo lo estoy haciendo, si, justo ahora que estoy escribiendo esta entrada. Esta mañana se paseó por mi cabeza el ponerme a hacer la entrada de este mes, y en ese momento desfilaron varias posibilidades sobre lo que hablar o comentar: simbología, algún que otro libro que he leído últimamente, alguna otra película, documental, alguna conversación mantenida en dias recientes...
Si, muchas cosas, y por eso, como tenía muchas cosas de que hablar y no me decantaba por ninguna dejé de preocuparme por ello, sí, así como os lo cuento. Y es ahora, a las 18.45 de la tarde cuando me ha apetecido ponerme a escribir esta entrada sin nada definido en la cabeza, y os puedo asegurar que la sensación que uno experimenta llevando a cabo aquello que realmente le gusta hacer en el momento en que realmente apetece no tiene igual; creo que es lo mas parecido o próximo a la sensación de libertad.
Por eso, a muchos que lean esta entrada podrá parecerles un cuento chino, a otros les sonará a chiste, y tal vez a otros les suene a que el que escribe está sonado. Yo diría que quizá todos ellos tengan razón, y en cualquiera de los casos me alegraré porque ya sólo por eso habrán pensado en esto que están leyendo, y no han hecho, como muchos, en la mayoría de los casos "pasear" la vista a lo largo de un texto... eso no es leer.
Y si vosotros, los que estais leyendo esta entrada, a parte de la gracia o el sin sentido que pudiera crearos, a parte de eso, valorais el poder que tiene el ahora, el PRESENTE, (que, ahora que me doy cuenta, es a lo que me estoy refiriendo en esta entrada... se ve que al principio no lo sabía pero ahora, ahora ya queda claro), entonces os puedo asegurar que esta entrada pudiera tener alguna utilidad práctica.
Simbología, libros, pelis, frases pronunciadas y escuchadas, anécdotas y experiencias mil... muchas cosas que contar y escuchar, y por tanto muchas cosas que experimentar; quizá para otras entradas posteriores, pero en esta me gustaría haceros un regalo, un presente, un AHORA, es para todos nosotros, está libre de cargas, de sufrimientos, de preocupaciones; lo mas nimio, lo mas trivial que estemos haciendo en este momento es lo mas importante; olvidar lo que nos ocurrió ayer, dejar de preocuparse por lo que se va hacer en un rato o mañana; el PRESENTE hay que sentirlo, saborearlo, merece la pena.
Y muchos dirán, "si, eso está muy bien, ¿pero y si el presente es amargo y supone un sufrimiento mas?". Pues si, los malos tragos llegan, les diría, para todos sin excepción; pero también les diría que la forma de superarlos y de aprender de ellos pasa por vivirlos, por sentirlos, pasa por prestarles ATENCIÓN. Queremos que lo malo pase rápido, pero si no prestamos la suficiente atención a ese acontecimiento negativo no sabremos cómo y porqué se ha producido y por tanto es seguro que vuelva a producirse.
El presente está ahí, es armonía pura, pero sólo si le prestamos atención.